La Asamblea General de la ONU adoptó, el 25 de septiembre de 2015, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible como un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad. Un plan de acción que consta de 17 objetivos, entre los que se encuentra el ODS 12- Producción y Consumo Responsables- que tiene por finalidad transformar el mundo con la promesa de no dejar a nadie atrás.

Ese mismo año, la Comisión Europea lanzó el I Plan de Acción por la Economía Circular con el fin de impulsar un cambio estructural que motivara la transición hacia modelos de producción y consumo más sostenibles. Un paso hacia adelante que pretende abandonar los modelos lineales imperantes desde la Revolución Industrial.

Bajo este contexto surge la economía circular. Un nuevo modelo económico que promueve el aprovechamiento de los productos, materiales y recursos manteniendo su valor durante el mayor tiempo posible en la economía además de minimizar la generación de residuos. Todo ello encaminado a lograr una economía baja en carbono, eficiente en el uso de los recursos y competitiva.

En Repsol somos conscientes del papel destacado que tenemos como compañía global multienergética, por eso trabajamos en la contribución al desarrollo sostenible para hacer posible una transición justa, solidaria, hacia un nuevo modelo energético que promueva al mismo tiempo la preservación del medioambiente y el desarrollo económico.

Desde 2016, trabajamos en la implementación de los principios de la economía circular, no sólo fabricando productos con menor huella de carbono, sino también buscando la forma de hacerlo de manera más sostenible. Contamos en la actualidad con más de 270 proyectos circulares a lo largo de toda nuestra cadena de valor, desde la obtención de materias primas hasta la comercialización de los productos y servicios. Todo ello gracias a dos elementos cruciales, la tecnología y nuestros socios estratégicos.  

A través del I+D+i exploramos diferentes rutas tecnológicas que nos permitan utilizar materias primas secundarias, desplazando el uso de combustibles tradicionales. Los residuos sólidos urbanos, residuos agrícolas o aceite de cocina usado son algunas de las materias primas que conviven en nuestros procesos productivos para fabricar biocombustibles avanzados que permiten reducir significativamente la huella de carbono respecto a los combustibles tradicionales a los que sustituyen llegando incluso, en algunos casos, hasta reducciones del 90% o polímeros circulares que contribuyen a reducir la presencia de residuos plásticos en el vertedero.

Además, colaboramos con más de 220 socios estratégicos a lo largo de toda la cadena de valor y buscamos sinergias con otros sectores de actividad. Compañías en cuyos procesos se generan residuos que pueden transformarse en nuevas materias primas fomentando de esta manera lo que se conoce como “simbiosis industrial”. La economía circular supone un reto para todos, pero también una oportunidad que requiere la colaboración de todos los actores implicados.

En 2019, nos convertimos en la primera empresa del sector en comprometerse a ser cero emisiones netas de CO₂ en 2050. En 2020, lanzamos un Plan Estratégico 2021-2025 que define la hoja de ruta del proceso de transformación industrial necesario para ello y que, además, cuenta con la economía circular como palanca clave para conseguirlo. En 2021 hemos revisado y definido objetivos intermedios más ambiciosos en nuestra ruta hacia la descarbonización.   

Todos estos avances nos han permitido alcanzar un hito: refrendar nuestro compromiso con la sostenibilidad y la economía circular a través de la certificación de carácter voluntario “Estrategia 100% Circular”, otorgada por AENOR en febrero de este año.

A través del proceso de certificación, AENOR ha conocido en detalle los proyectos circulares en desarrollo en todos los países en los que operamos, nuestro firme compromiso con la cadena de valor, así como la implicación de las diferentes unidades de negocio y la alta dirección y, además, ha validado el alineamiento de nuestra estrategia corporativa en economía circular con los pilares que sustentan dicha certificación: compartir, optimizar, virtualizar, intercambiar, regenerar, innovar y actuar con transparencia.

Esta certificación nos ayuda a afianzar nuestra determinación para seguir avanzando en la transición hacia modelos más circulares, contribuyendo al desarrollo sostenible y alcanzar el objetivo de compañía cero emisiones netas de CO₂ en 2050.