Sostenibilidad
Evolución de la responsabilidad social empresarial (RSE) y sostenibilidad en las empresas
¿Te has preguntado cuándo las empresas comenzaron a apostar por la responsabilidad social empresarial (RSE) yendo más allá del beneficio económico para cuidar del planeta y la sociedad?
Lo que una vez fue solo un gesto simbólico basado en acciones aisladas, ha evolucionado hasta convertirse en un compromiso esencial y estratégico. Hoy, la sostenibilidad empresarial es una necesidad ineludible para aquellas empresas que buscan ser relevantes y sostenibles en un mundo que exige cada vez más responsabilidad y transparencia. Pero para llegar aquí, las empresas han tenido que recorrer un largo camino de transformación.
En este artículo, estudiaremos cómo han evolucionado las prácticas empresariales a través de momentos claves que han marcado un antes y después en la historia de las empresas basándonos en la experiencia inmersiva Historia de la sostenibilidad empresarial en España.
- Primeros años de la RSE en España (2004-2008)
- Expansión de la RSE en España (2008-2014)
- Salto de la RSE a la sostenibilidad (2015-2019)
- Revolución de la sostenibilidad empresarial (2020-Actualidad)
1. Primeros años de la RSE en España (2004-2008)
¿Cuándo empezaron las empresas a pensar más allá del beneficio económico y a impulsar acciones de RSE? Si bien no existe una fecha exacta, se habla de finales del siglo XX como contexto en el que el paradigma empresarial comienza a cambiar a nivel global. En España, podríamos decir que este movimiento se hizo más patente con la fundación del Pacto Mundial de la ONU en 2004.
En concreto, la RSE comienza a emerger en España con un enfoque principalmente altruista. En su mayoría, las grandes empresas lanzan proyectos de voluntariado y acciones caritativas. Unas acciones aisladas que no formaban parte integral de la estrategia de negocio ni tenían un lugar concreto en la estructura organizativa de las empresas. De hecho, en 2004, ninguna empresa del IBEX 35 contaba en su consejo de administración una comisión de RSE o un responsable en esta materia. Si bien es cierto que ya empiezan a introducir elementos de la RSE en comisiones de calidad, reputación, recursos humanos o ética.
Durante estos años la responsabilidad social corporativa (RSC) aún es una práctica minoritaria. En 2006, sólo un 14,8% de las empresas afirma llevar a cabo estos proyectos ¿Sus principales áreas? Medioambiente, formación en RSC y liderazgo femenino. El mantra operante era “cumplir o explicar”. Este modus operandi significaba que, aún teniendo que cumplir las recomendaciones en gobierno empresarial, si no se hacía, únicamente había que explicar por qué no se hacía.
En esta etapa, las empresas estaban enfocadas en acción de transparencia y buen gobierno corporativo. Tímidamente, algunas empresas comienzan a publicar informes de sostenibilidad. La RSC pasaba del gateo a los primeros pasos y, sin embargo, cada acción era significativo en un viaje hacia un modelo de negocio más sostenible.
2. Expansión de la RSE en España (2008-2014)
La RSE se expandiría con la explosión de la crisis económica de 2008. En ese año, el 54% de las empresas ya conocía el concepto de RSE y comenzó a consolidarse como un elemento clave del discurso frente a las crisis. Durante esta época y a pesar de la crisis, las empresas quisieron cuidar su plantilla a través de programas de seguridad laboral (48%) y planes de formación e inclusión para personas con discapacidad (47%).
Los responsables de la RSC empiezan a tener un papel más proactivo, evolucionando de acciones aislados a gestores del impacto ético, social y ambiental. Sin embargo, aún no se considera una función estratégica en la empresa. Un desarrollo que no fue homogéneo en todos los tipos de empresas. Mientras las grandes empresas avanzan rápidamente en su implementación, las pymes permanecerían rezagadas. Una brecha debido a la falta de recursos y capacidades, lo que dificultaba la adopción de prácticas a la pequeña y mediana empresa. A nivel mundial, las empresas españolas son lideres en rendición de cuentas. Un hecho que se constata con el liderazgo por número de las empresas firmantes del Pacto Mundial de la ONU España frente a otros países. Un compromiso sólido con la transparencia al publicar informes anuales de sostenibilidad de estas empresas.
Sin embargo, el mundo demandaba una ruta para hacia un modelo más sostenible. Era necesario establecer objetivos y metas precisos para conseguir un mundo más verde, próspero y sostenible.
3. Salto de la RSE a la sostenibilidad
La adopción de la Agenda 2030 y el Acuerdo de París marcó un antes y después en el enfoque de la sostenibilidad empresarial. Por dos motivos: en primer lugar, porque los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se convierten en el primer marco del desarrollo sostenible que involucra a todos los actores, incluidas las empresas. Por otro lado, el Acuerdo de París sienta las bases para un futuro verde y coloca la reducción de emisiones en el centro de las estrategias empresariales.
Durante esta época, la igualdad de género (ODS 5) se convierte también en prioridad para las empresas (el 61% de las entidades españolas lo trabajan en 2018). Un liderazgo seguido por su actuación en prevención de riesgos laborales y bienestar recogidos en el ODS 3 sobre salud y bienestar (57%) y el ODS 8 sobre trabajo decente y crecimiento económico (51%).
Además, las empresas comienzan a trabajar en alianzas. De esta forma, se empieza a colaborar con la administración pública, empresas de su sector y ONGS. En 2018, un 35% de las empresas realizaban acciones en relación con los objetivos de sostenibilidad y un 26% pretendía realizarlas en el corto plazo.
Por último, el reporte en materia de sostenibilidad continuó en auge hasta convertirse en una práctica común. Un hecho favorecido por las recomendaciones de inversores, reguladores y supervisores del mercado financiero y la aprobación de la Ley 11/2018 de información no financiera y diversidad que unificó el reporte bajo aspectos ambientales, sociales y de gobernanza (criterios ASG).
Todas estas acciones pasan de ser puntuales y aisladas a formar parte de una estrategia, con objetivos corporativos. Es lo que llamamos el paso de la RSC o RSE a la sostenibilidad empresarial. Y otro aspecto importante es que ya no son únicamente llevadas a cabo por las grandes empresas. Las pymes también comienzan a transformar completamente sus modelos de negocio y, en 2018, más de la mitad de las pymes ya llevaba a cabo acciones para contribuir a los ODS.
4. Revolución de la sostenibilidad empresarial (2020-Actualidad)
La pandemia de COVID-19 aceleró la inclusión de la sostenibilidad en las estrategias empresariales, destacando el lado más humano de las corporaciones. En concreto, en ese año 4 de cada 10 empresas españolas implementa programas para promover la salud y el bienestar en la plantilla.
De este modo, la sostenibilidad vuelve a ser la solución a la crisis y se comienza a profesionalizar. De hecho, durante este período la figura de la persona responsable de sostenibilidad se consolida. Y en 2022, en 57% de las empresas españolas ya disponía de una persona o departamento que trabaja el ámbito de la sostenibilidad.
A partir de ese año la sostenibilidad también se extiende de los departamentos tradicionales de la RSC hacia las áreas de planificación estratégica y gobernanza corporativa. Hasta el día de hoy, en el que 7 de cada 10 empresas españolas ya dispone de una estrategia o plan de sostenibilidad. Así lo confirma el mayor estudio nacional sobre sostenibilidad empresarial, Implantación de la Agenda 2030 en las empresas españolas.
En cuestión de acciones, destaca frente a otras etapas la gestión responsable de la cadena de suministro, que se convierte en tendencia en materia de sostenibilidad. Con la premisa de ayudar a las grandes empresas a llevar hasta sus pymes esta gestión, desde el Pacto Mundial de la ONU en España junto a la Fundación ICO e Importaciones y exportaciones España – ICEX, lanzamos el pionero Programa de capacitación: proveedores sostenibles.
Por último, en este tiempo la sostenibilidad se confirma como una apuesta rentable. En 2022 casi la mitad de las empresas españolas afirmaba que la incorporación de la sostenibilidad y los ODS había tenido un impacto positivo en sus resultados económicos, y el 79% señaló ventajas competitivas derivadas de estas prácticas. Dos años después, este segundo porcentaje aumenta al 84%, corroborando los beneficios de la sostenibilidad empresarial.
Aunque el avance de la sostenibilidad y la RSE siga siendo impresionante en los últimos años, el futuro de esta historia se decide con las empresas que apuestan por un enfoque diferente de hacer negocios. El momento de protagonizar el cambio es ahora.
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