Pablo de Ramón-Laca, director general del Tesoro y Política Financiera del Gobierno de España, habla en nuestro evento sobre el nuevo Plan Nacional de Finanzas Sostenibles.

En los últimos años hemos vivido una revolución normativa y estratégica a favor del desarrollo sostenible. Europa se está preparando para asumir los desafíos plasmados en cada uno de los ODS y nuestro país, como no podía ser de otro modo, también. Recordamos desde la icónica Ley de Información No Financiera hasta la recientemente aprobada Ley de Residuos y Suelos Contaminados, pasando por la publicación de la Estrategia de Desarrollo Sostenible, sin olvidar pesos pesados como la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. El objetivo: ser la región que lidere la transición sostenible.

Pero por supuesto, este reto conlleva un “precio” ya que, sin inversión, el logro de los ODS no se puede hacer realidad. En concreto, la brecha de financiación de la Agenda 2030 está cifrada entre 5 y 7 billones de dólares al año hasta 2030. Una cuantía mayúscula que requiere la movilización de los flujos de inversión hacia carteras sostenibles.

Para ello, el sector público tiene el poder de incentivarlo con un marco legal claro que garantice la confianza de los inversores hacia los aspectos ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG). Es decir, reprogramar el sector financiero para que su actividad vaya dirigida al cumplimiento de este objetivo. En este sentido, España ya se ha puesto en marcha mediante la elaboración de un nuevo Plan Nacional de Finanzas Sostenibles que promete cambiar ecosistema financiero tal y como lo conocemos.

Aunque todavía está en fase de desarrollo, desde el Pacto Mundial de Naciones Unidas hemos tenido el privilegio de contar con el responsable de su elaboración, Pablo de Ramón-Laca, director general del Tesoro y Política Financiera del Gobierno de España, que avanzó en el evento “Hacia un Plan Nacional de Finanzas Sostenibles. La inversión sostenible y responsable, clave para las empresas” algunas de las líneas sobre las que se perfila este nuevo plan.

En palabras del director general del Tesoro, con este plan “España se compromete a asegurar la transformación del sector financiero público y privado y su adaptación a los riesgos del nuevo modelo de neutralidad climática. También se compromete a crear valor a medio y largo plazo y de esta forma asegurar su viabilidad y la estabilidad del sistema”.

A continuación, te contamos algunas de sus claves.

Los ambiciosos objetivos del Plan Nacional de Finanzas sostenibles

Si hay una palabra que defina el espíritu de la Década de Acción sobre los ODS es “ambición”. Ambición para emprender acciones transformadoras, para redirigir los flujos de inversión y, en definitiva, para alcanzar las metas propuestas. Y es este espíritu el que también se recoge en los objetivos estratégicos del Plan descritos por el director del Tesoro y Política Financiera del Gobierno de España. En concreto éstos son:

1. Asegurar la transformación del sector financiero público y privado hacia un nuevo modelo alineado con la neutralidad climática, preservando a la vez su viabilidad y estabilidad financiera.
2. Mejorar la competitividad del sector financiero español aprovechando las oportunidades de las finanzas sostenibles para la creación de valor a medio y largo plazo.
3. Reorientar y alinear los flujos de capital hacia una economía de inversiones bajas en carbono y más sostenibles, para fomentar la coherencia de las inversiones públicas con los objetivos del Acuerdo de París.

Las bases sobre las que se asienta el nuevo plan: taxonomía, estandarización de la información no financiera y herramientas 

Las bases del nuevo Plan Nacional beben directamente del marco europeo de finanzas sostenibles, que configurará el panorama mundial de las finanzas sostenibles estando Europa en una posición privilegiada para beneficiarse de esta situación.

El primer pilar es la taxonomía, que es el lenguaje común que nos permite clasificar las actividades como sostenibles. Desde este año ha entrado en vigor en Europa la esperada taxonomía verde y en febrero de este año se publicó el informe final de la taxonomía social, que entrará en vigor el próximo año. Estos ejercicios se consideran fundamentales para poder catalogar los activos ya que garantizan que las actividades consideradas en los mismos cumplen con los objetivos de sostenibilidad, no perjudican a ninguno de los objetivos, cumplen con las salvaguardas sociales y se ajustan a las normas técnicas establecidas.

El segundo pilar tiene que ver con la estandarización de la información no financiera para reducir las asimetrías informativas y permitir su comparación. La renovación de la Directiva de Información No Financiera tiene precisamente este objetivo. El Plan se alinea con la misma, promoviendo la adaptación local a estos criterios.

En tercer lugar, este marco legislativo se beneficia de herramientas que garantizarán su adopción por parte del mercado. Este punto se refiere a estándares existentes como el de bonos verdes de la UE, que responden a la demanda de seguridad jurídica de los inversores.

Seis áreas de actuación para transformar el sistema financiero 

Por último, uno de los avances más reveladores que adelantó de Ramón-Laca fue las seis áreas de actuación en las que se articulará el Plan. Éstas son:

1. Impulsar las finanzas sostenibles a nivel internacional y europeo, creando nuevas iniciativas que fomenten a nivel global el desarrollo de las finanzas sostenibles. Por ejemplo, se impulsará la hoja de ruta del G-20 sobre finanzas sostenibles que marca la lista de tareas para los próximos años.
2. Promover a España como referente en la emisión de instrumentos financieros sostenibles. En este punto, Pablo de Ramón-Laca ha declarado que juega un papel central el éxito de la emisión de bono verde soberano en 2021 y que se facilitará que el Instituto de Crédito Oficial (ICO) continúe con su programa de bonos sostenibles, como importante emisor ESG.
3. Crear capacidades, conocimiento y sensibilización en materia de finanzas sostenibles. Para cumplir con este propósito, el director general del Tesoro ha anunciado la creación de un foro español de finanzas sostenibles como espacio de encuentro entre el sector privado y la administración. Asimismo, se reforzará el objetivo de mejorar la cultura financiera de los ciudadanos, adaptando el plan de formación financiera para incorporar en el mismo un componente de sostenibilidad.
4. Se promoverá una adecuada coordinación administrativa. El Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital trabajará mano a mano con otros ministerios y en especial con el de Transición Ecológica, creando grupos de trabajo para fomentar esta coordinación.
5. Fortalecimiento de la gestión de los riesgos derivados del cambio climático y la transición energética. En este sentido, de Ramón-Laca ha hecho alusión a la Ley Española de Cambio Climático, que introduce dos mecanismos para este propósito. El primero, para que determinadas empresas emitan informes periódicos de sus riesgos climáticos; y el segundo, para que los supervisores como la CNMV y otros órganos públicos elaboren un informe bienal con los hitos conseguidos a nivel nacional sobre el acuerdo de París.
6. Se trabajará para acompañar a las pymes en su adaptación al marco de finanzas sostenibles sobre la base de proporcionalidad. En este punto, el responsable del Plan ha destacado que para las pymes ser sostenible puede llegar a ser muy importante a la hora de obtener financiación a coste reducido, beneficiarse de programas de financiación públicos que favorezcan modelos de negocios sostenibles y en general para mejorar su competitividad y resiliencia.

Si tienes interés en las finanzas sostenibles, te recomendamos que leas nuestro “White Paper nº 1. Finanzas Sostenibles y Agenda 2030: invertir en la transformación del mundo”.