Violencia de género: una lucha ante la que no existen excusas
A menudo, pensamos que la lucha contra la violencia de género debe liderarse desde las administraciones públicas y las organizaciones especializadas. Sin embargo, hay otro agente clave en la eliminación de esta lacra: las empresas. Estas no solo tienen el poder de prevenir la violencia en sus entornos laborales, sino también la capacidad de transformar vidas al ofrecer una oportunidad laboral a las mujeres víctimas de violencia de género.
Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de explotación.
ODS 5. Igualdad de género. Meta 2.
Hablar de violencia de género no es fácil. Sin embargo, reconocer su impacto en todos los ámbitos, incluido el laboral, es el primer paso hacia el cambio. Desde políticas preventivas hasta iniciativas inclusivas de empleo, las empresas pueden y deben ser parte de la solución.
En este artículo, exploramos cómo pueden contribuir a prevenir este problema y apoyar la recuperación de las víctimas a través del trabajo digno.
1. El compromiso empresarial frente a la violencia de género
El compromiso de las empresas con la lucha contra la violencia de género es cada vez mayor. Según datos del Informe de tendencias 2024 sobre WEP: Promover la igualdad de género en medio de la policrisis basado en las respuestas recopiladas por la Herramienta de análisis de la brecha de género de los Principios de Empoderamiento de las Mujeres (WEPs), el 80% de las empresas declaran tener políticas de tolerancia cero hacia la violencia de género. Este porcentaje, que ha crecido respecto al 76% de 2022, refleja un avance significativo en la sensibilización y el compromiso corporativo. Además, un 35% de las empresas comunica de manera pública su estrategia para garantizar un entorno sin violencia.
Sin embargo, los retos no han desaparecido: aún queda camino por recorrer para convertir estas políticas en acciones efectivas y sostenibles. De hecho, solo el 51% de las empresas realiza un seguimiento detallado de las reclamaciones relacionadas con violencia de género, y menos del 45% ofrece capacitación anual sobre el tema. Esto evidencia una brecha importante entre el diseño de las políticas y su impacto en la práctica.
Por otro lado, para analizar la acción empresarial en esta materia también tenemos que tener en cuenta el impacto de la violencia de género en la empleabilidad. Según datos proporcionados por el Observatorio de la Vulnerabilidad de la Fundación Adecco, un 70% de las víctimas de violencia de género se ven excluidas del mercado laboral. De estas, el 65% de las mujeres desean trabajar, pero afirman no tener la confianza o autoestima necesarias para reintegrarse al mercado, mientras que el 35% de las víctimas se han visto obligadas a dejar su empleo debido a la presión ejercida por sus parejas.
Es por ello que resulta vital que las empresas cuenten también con mecanismos de apoyo a las mujeres víctimas de violencia de género. En este sentido, según nuestro informe más del 40% de las empresas ofrece permisos remunerados para que las víctimas puedan asistir a consultas relacionadas con su situación, y un 39% proporciona apoyo confidencial. Estos datos reflejan un compromiso genuino por parte del sector empresarial para acompañar a las mujeres en su proceso de recuperación, aunque es evidente que estas acciones necesitan ampliarse y fortalecerse.
2. Marco legal en la lucha contra la violencia de género en el trabajo
La lucha contra la violencia de género en el ámbito empresarial está regulada tanto por normativas nacionales como internacionales. A nivel europeo, el engranaje normativo también se va desplegando. ¿Una de estas directivas? La reciente Directiva (UE) 2024/1385 establece medidas para prevenir, proteger y apoyar a las víctimas de violencia contra las mujeres y violencia doméstica.
En España, la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género establece la responsabilidad de las empresas para crear un entorno seguro y proteger a las trabajadoras de cualquier forma de violencia. Esta ley, junto con la Ley de Igualdad Efectiva de Hombres y Mujeres y la Ley Orgánica 10/2022 de Garantía Integral de la Libertad Sexual, obliga a las empresas a facilitar la movilidad geográfica, el cambio de puesto de trabajo y la adaptación del horario laboral a las mujeres víctimas de violencia de género. Además, se han establecido bonificaciones en las cuotas de la Seguridad Social para incentivar la contratación de mujeres en esta situación, lo que representa una oportunidad tanto para las empresas como para las afectadas, al brindarles estabilidad laboral y autonomía económica.
3. Estrategias corporativas para combatir la violencia de género
Con este contexto, es esencial que las empresas no se limiten a cumplir requisitos legales, sino implementen estrategias que fomenten la lucha contra la violencia de género:
- Sensibilización y educación como pilar fundamental para que las empresas informen sobre los recursos y promuevan una cultura de respeto y apoyo.
- Apoyo y flexibilidad para las víctimas. El lugar de trabajo puede ser una fuente de independencia económica y una vía de escape de situaciones de violencia, por eso, es importante ofrecer horarios flexibles, días libres remunerados para citas médicas y el acceso a recursos y ayuda confidenciales.
- Implementación de protocolos de actuación para la protección y respuesta inmediata. Esenciales para que las empresas puedan actuar rápida y discretamente. Estos protocolos deben incluir la detección de señales de abuso y realizar un seguimiento de los casos.
4. Ejemplos de lucha contra la violencia de género desde las empresas
Para promover la lucha contra la violencia de género es importante contar con ejemplos de acción para fomentar ambientes seguros. Algunos ejemplos son:
- Grupo Tragsa ha adoptado medidas que permiten adaptar los horarios laborales y facilitar la movilidad de las trabajadoras víctimas de violencia de género, en función de sus necesidades personales. Además, ha firmado un protocolo con el gobierno para promover la inserción laboral de mujeres en situación de violencia de género, en coordinación con entidades especializadas.
- FREMAP, como mutua colaboradora de la Seguridad Social, ha creado un fondo de ayuda para empleadas víctimas de violencia de género, que cubre necesidades económicas derivadas de esta situación. Este tipo de apoyo económico es una medida que permite a las víctimas hacer frente a gastos urgentes y facilita su estabilidad en el entorno laboral.
- INECO, empresa de ingeniería, ha implementado una política de comunicación interna sobre los derechos laborales de las trabajadoras víctimas de violencia, proporcionando canales de asesoramiento confidencial y servicios de apoyo. Este compromiso incluye una mejora en los beneficios sociales y la movilidad geográfica para quienes lo necesiten.
- El Programa IMPRESIONA de ELEKO Tecnología e Innovación, en colaboración con la Asociación Poten100mos, está orientado a empoderar a mujeres en situación de exclusión social, como víctimas de violencia de género. A través de asesoramiento y acceso a la bolsa de trabajo de empresas locales, este proyecto ayuda a estas mujeres a recuperar la autoestima y prepararse para el mundo laboral.
- El Grupo Eroski ha implementado un protocolo que ofrece permisos retribuidos y ayudas para la reubicación de las trabajadoras en situación de violencia de género. Este protocolo también establece la formación de sus personas empleadas y servicios médicos para identificar y gestionar situaciones de violencia de género de manera confidencial.
- El Programa 360º contra la Violencia de Género de Mutua Madrileña se destaca como un modelo de acción integral que incluye asesoramiento legal, programas de empleabilidad, y apoyo psicológico para las víctimas y sus hijos.
Adoptar políticas de tolerancia cero y medidas de apoyo no sólo beneficia a las víctimas, sino que impulsa un ambiente de trabajo seguro y productivo.
Para aquellas empresas interesadas en fomentar la construcción de un tejido empresarial libre de violencias, los Principios de Empoderamiento de las Mujeres (WEPs) recogen en su tercer punto la obligación de establecer políticas y procedimientos internos para prevenir todas las formas de violencia, incluido el acoso sexual y por razón de sexo en el trabajo. También destaca la importancia de garantizar la igualdad de acceso al seguro médico y otros servicios de apoyo para las personas supervivientes de violencia de género.