Desde hace ya varios años, se percibe con mucha más claridad que vivimos en una sociedad que cada vez está más concienciada con los desafíos ambientales y sociales que tenemos por delante, a nivel global pero también en nuestro entorno más cercano. Las consecuencias de lo que hacemos, el impacto de nuestro día a día, cada vez es más evidente en el aire que respiramos, en los recursos de los que disponemos, en la calidad de vida, el estado de bienestar y el equilibrio social.

Por eso, cada vez más compañías hacemos públicas nuestras estrategias y nuestros progresos en sostenibilidad. Más allá de las presiones normativas y las obligaciones legales en materia de reporte (el último ejemplo más cercano es la nueva Directiva sobre Información Corporativa en Materia de Sostenibilidad – CSRD) los clientes, los consumidores y la sociedad en general nos piden a las empresas que también asumamos la responsabilidad de nuestros impactos en las comunidades donde desarrollamos nuestra actividad y en el entorno natural. En definitiva, en el planeta.

En este punto, elaborar los estados de información no financiera, hacer los reportes de sostenibilidad o publicar el informe de progreso de Pacto Mundial son ejercicios de transparencia y de rendición de cuentas fundamentales para que las compañías podamos contar, al público informado y al no experto en sostenibilidad, cómo asumimos esas responsabilidades y estamos haciendo frente a los desafíos y a los retos que tenemos por delante.

Pues además de todo eso, en CaixaBank todos los años damos un paso más en ese ejercicio de transparencia y publicamos el documento Sostenibilidad, impacto socioeconómico y contribución a los ODS, con el que queremos informar a nuestros grupos de interés sobre nuestra gestión, nuestro desempeño y los resultados alcanzados en sostenibilidad, y de qué manera generamos impacto social y medioambiental positivo con nuestra actividad de financiación y de inversión. En definitiva, cómo hacemos banca sostenible. Porque rendir cuentas en sostenibilidad no solo es volcar sucesiones de datos y enumerar indicadores uno tras otro. También es que proporcionemos al público la información sobre cómo tomamos las decisiones en nuestro día a día y cómo esas decisiones repercuten en nuestros clientes, proveedores, accionistas, inversores y, por supuesto, en los profesionales que formamos parte del Grupo CaixaBank.

Es decir, hablamos de impacto: desempeño en sostenibilidad y contribución real a una economía sostenible con métricas tangibles y concretas. Y con ese mismo objetivo, cada año también vamos publicando voluntariamente otros reportes específicos para dar a conocer todo lo que hacemos desde el banco en materia social y medioambiental vinculado al negocio, a la gestión y a la gobernanza del Grupo, en temas tan relevantes y materiales como el cambio climático o como el impacto de nuestra cartera de financiación social y de financiación verde.

En definitiva, en Sostenibilidad, impacto socioeconómico y contribución a los ODS no solo exponemos nuestros logros y avances en el cumplimiento de nuestro Plan de Banca Sostenible 2022-2024 en impacto social en las comunidades, en el avance en la descarbonización y la reducción de emisiones de CO₂ o en la promoción de la cultura responsable. Es una herramienta más (y muy importante) de comunicación corporativa y que seguiremos utilizando de manera continua para que nuestros grupos de interés puedan seguir decidiendo cómo quieren relacionarse con nosotros con una visión a largo plazo, bajo el eje de la transparencia con información clara, fiable y actual, que no solo comunica números, acciones, planes y proyectos, sino también nuestros valores y nuestra manera de ser sostenibles.