Hace una década de la aprobación de los Principios Rectores de Empresas y Derechos Humanos, y los retos para las empresas siguen siendo desafiantes. Las futuras exigencias regulatorias en materia de derechos humanos y una sociedad cada vez más exigente conforman el panorama actual.

En Repsol creemos que la transparencia y la transversalidad serán dos palancas claves para afrontar estos nuevos retos. Por eso hemos dado un paso más en nuestros compromisos con la publicación de “Los derechos humanos y Repsol”.  Es un documento que profundiza en nuestro desempeño y que ha sido elaborado con el apoyo de muchas áreas de la compañía.

En Repsol estamos convencidos del papel clave de las empresas en garantizar el respeto los derechos humanos. En un entorno social cada día más exigente, las empresas debemos basar nuestra actividad en el reconocimiento, el respeto mutuo, la sensibilidad cultural, la integridad, la responsabilidad, la transparencia, la buena fe y la no discriminación. Estamos convencidos de que esta forma de trabajar nos ayudará a ser cada vez más sostenibles y a ser agentes del cambio de la sociedad, en línea con el papel que se espera de las empresas en la Agenda 2030.

Han pasado casi veinte años desde que en 2002 nos adherimos a los Principios del Pacto Mundial de Naciones Unidas y aprobamos nuestra primera norma relativa a Derechos Humanos en 2003. Han pasado casi diez años desde la modificación de nuestra normativa tras la aprobación de los Principios Rectores, un documento clave que ha sido nuestra hoja de ruta desde entonces.

Los retos para las empresas no dejan de crecer. Las nuevas generaciones, nuestros grupos de interés y la sociedad actual en general son cada día más exigentes con las empresas y los gobiernos para que trabajen por lograr un futuro sostenible. Estas exigencias hacen que los derechos humanos estén cada día más integrados en el ADN de las empresas, dejando de ser algo voluntario y pasando a ser obligatorio. Adicionalmente la Unión Europea está embarcada en el desarrollo de una legislación de debida diligencia, que responsabilizará a las empresas en la detección, prevención y reducción de los impactos de derechos humanos de sus actividades.

Cada empresa aborda los nuevos retos en derechos humanos de una forma diferente, con tiempos, enfoques y liderazgos diferentes en sus organizaciones. Pero muchas de las reflexiones que estamos haciendo todas las empresas nos llevan a pensar que hay también muchas similitudes. Transparencia y transversalidad son dos conceptos ligados al concepto de empresas y derechos humanos, y creemos que en el futuro van a tener un papel fundamental en las compañías.

Por este motivo hemos querido publicar este informe “Los derechos humanos y Repsol”, un informe que nace del trabajo diario de muchas personas en la compañía y cuya elaboración ha puesto de manifiesto la necesidad de colaboración transversal entre las diferentes áreas y negocios. Los derechos humanos no son propiedad de un área concreta, deben estar incorporados como valores transversales. Lo que permitirá a las empresas afrontar los nuevos retos será alinear a todas las áreas que tienen algo que aportar para que el desempeño global sea el más eficiente.  Esta transversalidad va más allá de la propia compañía. Sabemos que tenemos un reto en nuestra cadena de valor, en nuestros socios y contratistas, para conseguir mejorar el respeto a los derechos humanos en todos los rincones del mundo.

La transparencia debe ser otra de las palancas que usemos las empresas para mejorar nuestro desempeño social. En materia de derechos humanos no hay competencia entre las empresas, y eso facilita esta transparencia. Debemos dejar a un lado el miedo a hablar de derechos humanos, tanto interna como externamente. Por eso las empresas avanzan cada día en transparencia a través de sus memorias anuales, o de documentos como el que hoy presentamos en Repsol. Es el camino a seguir en los próximos años. Espero que sea de su agrado.