El bloque relacionado con la lucha contra la corrupción fue el último bloque de Principios que se incorporó al Pacto Mundial. No fue hasta junio de 2004, durante la Cumbre de Líderes de Pacto Mundial en Nueva York, donde se anunció la incorporación de un décimo Principio: “Las empresas deben trabajar contra la corrupción en todas sus formas, incluidas extorsión y soborno”. 

17 años después de su aprobación, la necesidad del trabajo en este bloque se ha estandarizado en las empresas españolas, respondiendo a una de las principales preocupaciones de la sociedad en España según el barómetro del CIS. En concreto, de acuerdo con la información recogida en la publicación “Comunicando el Progreso 2020: una llamada a la acción sostenible y al reporte empresarial”, actualmente el 87% de las empresas españolas cuentan con una política en materia de lucha contra la corrupción, lo que supone un crecimiento del 10% respecto al ejercicio anterior. 

De manera específica, el bloque de lucha contra la corrupción es trabajado por la mayoría de las empresas analizadas a través de un código de conducta: el 100% de las empresas del IBEX35 y el 71% de las empresas españolas del Pacto Mundial disponen de este mecanismo. Otra de las medidas más frecuentes es el desarrollo de una política de cero tolerancia frente a la corrupción, llevada a cabo por el 47% de las empresas consultadas (55% de las grandes empresas y 42% de las pymes). 

Por su parte, las medidas relativas al control de la corrupción en la cadena de suministro son mayoritariamente capitalizadas por las empresas del índice bursátil. Así se muestra a través del código ético a proveedores, del que dispone el 54% de las compañías del IBEX 35 frente al 29% de las empresas españolas del Pacto Mundial. 

En general, es significativo señalar las tres velocidades que se aprecian en este bloque según el tamaño de la empresa, con el IBEX 35 a la cabeza y las pequeñas y medianas empresas en el último lugar. Claro ejemplo de ello es el hecho de que mientras que el 91% del IBEX35 y el 67% de las grandes empresas adheridas al Pacto Mundial disponen de un canal de denuncias, entre las pymes el porcentaje se reduce a un 33%. 

Asimismo, otra de las grandes conclusiones extraídas de este análisis es que, si bien la mayoría de las empresas españolas reconocen la necesidad de contar con una política en materia de lucha contra la corrupción, menos de la mitad (40%) realiza una identificación de riesgos concretos en la materia. Este ejercicio es esencial ya que permite a la entidad delinear estrategias y metodologías de gestión acertadas y eficientes. 

Por último, uno de los ejercicios de transparencia más importantes es el del reporte de información sobre beneficios obtenidos e impuestos pagados, un aspecto que a pesar de ser reportado por más empresas que al año anterior – el IBEX aumenta 12 puntos hasta el 69% – sigue posicionándose como un área de mejora, especialmente entre las grandes empresas (36%) y pymes consultadas (10%).

En este sentido, desde el Pacto Mundial hacemos un llamamiento a las empresas para que aumenten los mecanismos y acciones dirigidos a la lucha contra la corrupción. Solo así, a través de instituciones sólidas y transparentes, podremos afianzar la sostenibilidad de la economía en este importante proceso de reconstrucción post COVID-19.

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